
LA CASA
Tu hogar lejos del hogar.
Al llegar, el aire se vuelve destino.
El canto de los pájaros, el crujir de las ramas, el brillo del cielo sobre la piscina.
Nada urge, salvo celebrar el tiempo.
Las buganvillas y los aromas del jazmín del porche acompañan la mesa,
que se llena de sobremesas que acaban al atardecer… o bajo las estrellas.
El sofá esquinero invita a quedarse más allá del día.
En el patio, el asador aguarda bajo una vela de sombra.
Brasas encendidas.
El fuego es rito.
El comer es emoción.
La casa acoge a doce personas, pero está pensada para que cada uno encuentre su lugar.
Cocina americana y mesa de comedor amplia desde la que sentir el crepitar lento de la chimenea.
Dos dormitorios sencillos y un salón amplio, con dos sofás cama de matrimonio, nos abrazan en la noche.
En el exterior, pegado al salón, otro cuarto para cuatro personas y, frente a él, un baño-lavandería independiente completan el descanso.